Este fino viejísimo procede de un cachón de bocoyes que guardaba Don Jesús, propietario del lagar desde el 1981. Ha permanecido en crianza estática durante dos décadas y solo se ha refrescado para reponer las mermas con los mejores y más viejos finos de nuestras soleras… Se trata de un fino misterioso, que no quiere dejar de ser fino, fiel a su fase bajo velo de flor. Las condiciones de crianza de nuestra bodega semienterrada ha obrado el milagro de esta joya enológica. Tiempo de crianza media: 25 años.
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